LA FAMILIA PECERA. Seguro que a tí también te habrá pasado. Estoy en mi habitación hechado cómodamente en mi cama, tan agusto. La peli que están emitiendo merece la pena. Es de esas pocas veces que al encender la TV y hacer zapping indiscriminadamente te encuentras con un buen film para pasar el rato, evadirte y olvidarte de tus problemas para concertrarte en los personajes, sus aventuras, sus ocurrencias. Como siempre, en lo mejor de la peli, sin respetar el diálogo en el que ya uno mismo está inmerso, una mano invisible baja el volumen del aparato , y centésimas después la pantalla se funde en negro. Sí, otra vez la puñetera y molesta, pero necesaria, publicidad... Comienza la emisión vertiginosa de anuncios, ritmos trepidantes, cientos de tomas y eso sí, el sonido a un volumen más alto que cuando se podía ver la peli. Un anuncio, otro anuncio... ya casi ni recuerdo lo que estaba viendo cuando aparece un chico y una chica, que rápidamente entran en una habitación donde hay una mesa con un PC encendido: PECERA: Pasa. Este es el estudio de mi padre. PECERO: (Ve el PC) ¡Mira! Está conectado. Podemos entrar. (y se abalanza sobre el cacharro) PECERA: ¡NO! Como se entere mi padre... Con cara de bobos se mueven con el aparato en algo que se parece a Internet. Abren unas ventanillas animadas donde aparecen unos coches circulando, haciendo derrapes... Y los dos se enzarzan como si cada uno quisiera tomar el control... PECERA: Amplía. PECERO: ¡Déjame a mi! Hablan sobre las características técnicas de los coches (pero bueno, como es un anuncio para peceros, todo lo que dicen, es un poco mentirijilla. O mejor dicho, suena bien, pero no significa nada). Cambia la escena. Vemos a un tío de unos 40 tacos, algo canoso y con pinta de venir del trabajo (de un ministerio, por lo menos) que entra en la casa. Es el padre de los PECEROS (que también es PECERO, si no tenía bastantes desgracias). En la siguiente escena entra en la habitación y pilla a sus repugnantes hijos pijos (y PECEROS) manejando su PC. Ella pone cara de imbecil (y de PECERA) [no se si será una redundancia]. Mira a su padre con respeto... Él se abraza a los muchachos (que para eso son hijos suyos. Y PECEROS como él). Se interesa por los coches y dice: " ¡Veamos los colores!". No, si ya lo decía yo, es tan imbecil que seguro que se compró su ordena porque era "grande" (de tamaño). PUAG! Que asco, que repugnancia. Se retoma la emisión de la peli, pero ya se me quitaron las ganas. Me duele el estómago y me dan ganas de vomitar. Y menos mal que se acababa ahí el anuncio, porque si dura 20 segundos más acabo viendo cómo juegan al DOOM, que será lo que hace el PECERO PADRE con el ordenador. Vaya mierda de anuncio, vaya mierda de coches. (Lo cual no tiene mucho que ver entre sí).