Empieza la aventura con una animación que nos pone al corriente de a lo que nos vamos a enfrentar. Estamos en un tiempo indeterminado, quizás el futuro, por el invento del que seremos protagonistas. Vemos un planeta lejano: REAH. Una voz nos va explicando cosa sobre él: clima inhóspito, planeta deshabitado y sin ningún tipo de recursos para poder montar allí una colónia.
Pero, pese a todo, se ha montado una base con dotación tanto civil como militar y, poco a poco, la curiosidad de la gente pide explicaciones sobre lo que ocurre allí, por lo que se invita a algunos periodistas para enseñarles el complejo de la Tierra y darles las debidas explicaciones. El tiempo pasa y los periodístas se cansan de esperar estas explicaciones y se van, todos menos uno (que se supone que es del que tomamos el papel), que insiste y aguanta para saber noticias.
Sus esfuerzos se ven recompensados cuando un día es invitado a ir a una expedición que acaba frente a un extraño mecanismo gigante. Es una puerta teletransportadora alienígena que lleva a un planeta hermano al nuestro, pero totalmente distinto, y habitado por seras muy interesantes (de los que no veremos ninguno). Al otro lado de la puerta los científicos habían montado una base de observación y se le ofrece la posibilidad de pasar al otro lado para hacer su artículo e informar a todo el mundo de este gran descubrimiento.
Una vez llega el periodísta a la puerta, la conexión con el otro lado se empieza a debilitar, las condiciones para el pase al otro lado cada vez son peores, pero eso no impide que él, pasando de todas las advertencias, se meta por la puerta que, segundos después, se cierra definitivamente. Llega al otro lado y queda frente a una gran ciudad amurallada en pleno desierto. Y desde aquí empieza el juego.